El diputado provincial Gustavo Perret (PJ) dio detalles en “En Cámara” sobre su proyecto presentado con el objetivo de promover hábitos alimentarios más saludables en la provincia de Mendoza.
La iniciativa se titula “Ley de Alimentación Saludable en Puntos de Venta" y surge como respuesta a la creciente preocupación por los problemas de salud pública derivados del consumo excesivo de alimentos ultra procesados, altos en azúcares, grasas saturadas y sodio, especialmente en la población infantil.
Específicamente establece la prohibición de exhibir productos con sellos de advertencia de exceso de azúcares, grasas saturadas y sodio, de acuerdo con la ley Nacional Nº 27.642, así como otros alimentos ultraprocesados, dentro de un radio de tres metros de las cajas registradoras o áreas de pago en autoservicios, supermercados y comercios minoristas.
El objetivo central es reducir las compras impulsivas de productos no saludables que suelen ubicarse estratégicamente cerca de los puntos de cobro.
Perret subrayó que el 30% de la población infantil mendocina presenta sobrepeso, lo que no solo afecta su salud actual, sino que también incrementa el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión a lo largo de su vida.
Ante este panorama, el diputado destacó la necesidad de actuar en los puntos de venta, donde los consumidores toman decisiones importantes de compra.
El legislador hizo hincapié en que esta normativa no se limita a restringir, sino que tiene un fuerte componente educativo. "Queremos ayudar a las familias mendocinas a elegir opciones más sanas y conscientes, no solo limitando la oferta de productos no saludables, sino también promoviendo activamente el consumo de alimentos frescos y nutritivos”.
El proyecto de ley también prevé la implementación de campañas de concientización en los establecimientos comerciales, que exhorten a los consumidores a priorizar alimentos saludables y locales.
"La salud es una responsabilidad compartida entre consumidores, comerciantes y el Estado" según se fundamenta el proyecto y además, Perret definió que los supermercados e hipermercados deben ser “aliados a la hora de prevenir patologías.
La medida está alineada con la necesidad de reducir los niveles de enfermedades crónicas vinculadas a la mala alimentación y busca crear un entorno en el que las elecciones saludables sean más accesibles para todos. El proyecto contempla un período de adaptación de 90 días para que los comercios puedan adecuarse a las nuevas normativas.