Jornada Debate

La Deuda Social con la Niñez y Adolescencia
El informe fue presentado en la Legislatura Provincial

Durante una jornada de debate fue presentado el informe sobre “La Deuda Social con la Niñez y Adolescencia: Magnitud, Evolución y Perfiles”, que elabora cada año la Universidad Católica Argentina y la Fundación Arcor.
Este documento “Barómetro de la Deuda Social de la Infancia” se desarrolla en todo el país y es un estudio representativo de los conglomerados urbanos, de cada provincia.
La charla fue presidida por Nidia Martini Subsecretaria de Familia, del Ministerio de Desarrollo Humano, Familia y Comunidad, la senadora Miriam Gallardo, presidente Provisional del Senado, la diputada Nélida Negri y por la Universidad Católica Ianina Tuñòn y Javier Rodríguez Coordinador de la Fundación Arcor.
Para los autores de este informe a 20 años de la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño este es la oportunidad de realizar un balance sobre su cumplimiento en la Argentina urbana.
En los últimos años las familias parecen haber experimentado cambios positivos, que se describen en el cuarto informe del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, en términos de las condiciones del hábitat de vida, en la capacidad de consumo, inclusión laboral, y protección social, y que han impactado de modo positivo en la posibilidad de afrontar necesidades básicas insatisfechas (superar el hambre, acceder a la salud, etc.). Los cambios positivos también se advierten en algunas de características de la oferta educativa (en la enseñanza de un segundo idioma, o de computación), si bien dichos progresos aún se encuentran asociados a profundas desigualdades sociales. No parece suceder lo mismo, indica el documento, al menos en el mediano plazo, con los procesos de crianza y socialización que no han experimentado cambios significativos, probablemente porque para que los comportamientos y actividades de las que participan las familias se modifiquen en estas dimensiones de desarrollo se requiere de un cambio más estructural e integral de las estructuras de oportunidades.
Sostiene el informe presentado por la Universidad Católica Argentina que aún cuando, tal como mencionamos, diversos indicadores del nivel de vida material, en su evolución en el tiempo, muestran una indiscutible mejora en los últimos años como resultado del crecimiento económico, los mínimos normativos (derechos) están todavía lejos de cumplirse para la niñez y adolescencia en cualquiera de las dimensiones consideradas (condiciones materiales de vida, crianza, socialización y formación).
La Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) es una encuesta de hogares, multipropósito, que desde el 2004 releva datos de hogares y personas mayores de 18 años en grandes centros urbanos de la Argentina. A partir del 2006 dicha encuesta incorpora un módulo específico que busca medir el grado de cumplimiento de los derechos del niño. Dicho módulo es realizado al adulto padre, madre o tutor/a del niño o niña de 0 a 17 años de edad residente en el hogar. El diagnóstico que aquí se presenta sobre la propensión al trabajo doméstico y no doméstico en niños, niñas y adolescentes, se realizó a partir de las mediciones 2007, 2008 y 2009 (1904, 1919 y 1885 casos respectivamente), se aplicó la misma partir de las mediciones 2007, 2008 y 2009 (1904, 1919 y 1885 casos respectivamente), mantuvo la misma formulación en las preguntas, lo cual ha permitido considerar una muestra acumulada de 5708 niños y niñas en grandes ciudades de la Argentina (Conglomerados urbanos con más de 200 mil habitantes: Área Metropolitana del Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran Rosario, Gran Mendoza, Gran Salta, Gran Resistencia, Neuquén-Plottier y Bahía Blanca.
Este informe ha arrojado una seria de resultados que incluyen entre otros puntos las condiciones materiales de vida procesos de crianza y socialización y procesos de formación.
En el espacio de las condiciones materiales de vida de la niñez y adolescencia se ha podido advertir en la perspectiva del tiempo (2004-2009) tendencias muy positivas a nivel de aspectos que son estructurales y en los que por ende los cambios perduran y cambian la calidad de vida de los hogares, como el acceso a agua corriente y cloacas, y al gas por red.
En 2009, en los grandes aglomerados urbanos de la Argentina, 3 de cada 10 menores de 18 años residía en una vivienda con 2 o más problemas en su hábitat de vida (no tenía acceso al agua corriente, o no tenía cloacas, o no tenía gas por red, o estaba en cercanía de fábricas contaminantes y basurales, o en condiciones de hacinamiento). La desigualdad social en la calidad del medioambiente de vida es muy significativa y regresiva para los/as niños/as y adolescentes más pobres.
En Gran Mendoza, del total de menores de 18 años, el 17,8% residía en viviendas con 2 o más problemas en su hábitat de vida, mientras que el 20,4% en viviendas con al menos un problema.
En el nivel de vida material, se evaluó la capacidad de los hogares de poder satisfacer consumos mínimos (alimentos, vestimenta, medicamentos y atención de la salud, y pago de impuestos). La evolución del déficit de consumo fue muy positiva entre 2004 y 2007, en tanto la niñez y adolescencia se vieron beneficiadas por la prosperidad generalizadas de estos años en todos los consumos básicos considerados. La retracción se hace sentir en el período interanual 2008-2009 y crece de modo significativo el déficit.
En 2009, el 55% de los/as niños/as y adolescentes vivía en hogares que habían tenido que restringir sus consumos alimentarios, en cantidad y/o en calidad. Sin embargo, alrededor de un 28% se encontraba en situación de riesgo alimentario (19,8% en un nivel moderado y un 8,1% en un nivel severo). Cabe mencionar que este indicador de riesgo alimentario es altamente sensible a los ingresos de los hogares y por ende experimentó una evolución muy positiva entre 2004 y 2008. Probablemente, como efecto de la asignación universal por hijo la incidencia del riesgo alimentario sea significativamente menor en 2010.
En Gran Mendoza el 20% de los niños, niñas y adolescentes se encontraba en situación de riesgo alimentario, correspondiendo el 17,6% a un nivel de déficit moderado y un 2,4% a un nivel severo.
En el marco de este estudio se suele trabajar un conjunto de indicadores de estimulación social y emocional: el “festejo del cumpleaños”, “haber sido receptor de cuentos e historias orales”, y el “compartir cama o colchón para dormir”, así como si los niños/as suelen realizar “actividades artísticas y/o deportivas” extra-escolares.
En general, lo que se observa en todos estos indicadores en su análisis en el tiempo es su poca capacidad de variar y su carácter estructural. Los niveles de incidencia del déficit son muy similares entre 2007 y 2009. Los niveles de déficit en estos indicadores de estimulación social, emocional e intelectual son relevantes y regresivos a medida que desciende el estrato social. Entre los menores de 5 años, en 2009, 15% no se le festejó el cumpleaños; 40% no suele ser receptor de historias orales, 24% comparte cama o colchón para dormir.
Estos indicadores de estimulación social y emocional indican que en Gran Mendoza, al 19% de los niños menores de 5 años no se le festejó el cumpleaños, el 40% no suele ser receptor de historias orales y el 24% comparte cama o colchón para dormir.
El déficit en el hábito de lectura se evidencia como estructural, en tanto no ha cambiado en los últimos años, y se ha mantenido en torno al 50% en los niños/as y al 46% en los adolescentes, a nivel general.
Con respecto al hábito de la lectura, en el Gran Mendoza, el déficit que se presenta entre los adolescentes es del 40%.
El déficit en la participación en espacios deportivos o culturales, a través de actividades extraescolares tampoco ha experimento cambios en los últimos años. A nivel de los grandes aglomerados urbanos más del 60% de los niños/as no suele realizar actividades deportivas y más del 80% no suele realizar actividades artísticas.
En Gran Mendoza, el déficit que se presenta en cuanto a la participación en actividades artísticas y culturales es del 88% y en el caso de las actividades deportivas es del 73%.
La escolarización a temprana edad (entre los 2 y 4 años) alcanza a casi 6 de cada 10 niños/as en las grandes ciudades de la Argentina. En los últimos tres años se ha incrementado la inclusión educativa en este grupo de edad, en tanto pasó de un 49% en 2007 a un 55,5% en 2009. Sucede que esta mayor cobertura educativa en el nivel inicial no obligatorio se produjo en mayor medida los estratos socioeconómicos medio y medio alto.
En los niños entre los 2 y 4 años que habitan en el Gran Mendoza el 49% de ellos asiste a instituciones educativas del nivel inicial no obligatorio.
El nivel de cobertura en la sala de 5 años es casi total, así como en el nivel primario. Sin embargo, no todos los niños/as transitan por el nivel primario de igual manera. El déficit educativo en el nivel primario, es decir niños/as no escolarizados o que cursan años inferiores al correspondiente a su edad, alcanza un 7% en 2009, y no experimentó variaciones significativas desde 2007. En el nivel secundario, la no asistencia se estima en torno al 9% en las grandes ciudades en 2009, y no se registraron variaciones desde 2007. El déficit educativo en los primeros años del secundario (1º y 2º año) alcanzó en 2009 el 17%, y en los últimos años (3º, 4º y 5º año) el 41,5%, en ambos casos no se registran variaciones significativas respecto de los dos años anteriores (2007 y 2008). El déficit educativo guarda una alta correlación con la estratificación social, se registra en mayor medida en los varones que en las mujeres, en el nivel secundario, así como entre los niños/as y adolescentes que realizan trabajo doméstico intensivo y/o ayudan a un familiar o conocido en un trabajo.
En cuanto a estos indicadores en Gran Mendoza se presenta un déficit educativo en el nivel primario del 7%. En cuanto al nivel secundario, existe un 9% de no asistencia, y un déficit educativo 21% en los dos primeros años y del 41% en los tres últimos.
La oferta educativa a la que acceden niños, niñas y adolescentes fue caracterizada en términos del tipo de establecimiento escolar al que asisten, tipo de jornada, enseñanza de música, artes plásticas, educación física, enseñanza de computación, y un segundo idioma. Sólo se han registrado cambios en el tiempo en los casos de la enseñanza de computación y un segundo idioma, donde se registran progresos en tanto se pasó de 52% de déficit en 2007 a 38% en 2009 en el caso de la enseñanza de un segundo idioma, y de 57% en 2007 a 48% en 2009 en el caso de la enseñanza de computación, entre los niños/as en edad escolar. La incidencia del déficit en el caso de la enseñanza de computación y en la enseñanza de una segunda lengua fue mayor en las escuelas de gestión privada que en las públicas y a medida que se incrementa el estrato socioeconómico de los chicos.
En cuanto a la oferta educativa, en Gran Mendoza durante el año 2009, el 67% de los niños entre 5 y 12 años no recibieron enseñanza de un segundo idioma, mientras que el 51% no recibió enseñanza de computación.

Prensa 9 septiembre- Jornada Deuda Social





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