Alfredo Cornejo y Laura Montero juraron en la Legislatura

Se desarrolló la Asamblea Legislativa que tomó juramento de ley a gobernador y vicegobernadora en funciones a partir del día de la fecha. Carlos Ciurca, vicegobernador saliente, encabezó el acto protocolar. 
Pasadas las 17 horas, se dio comienzo al acto institucional que tuvo como pasos de rigor la reunión de los Diputados y Senadores que conformaron la Asamblea Legislativa, presidida por Carlos Ciurca, acompañado por el Presidente Provisional de la Cámara Alta, Juan Carlos Jaliff y el Presidente de la Cámara de Diputados, Néstor Parés.
El vicegobernador saliente solicitó la conformación de las comisiones de Interior y Exterior a fin de recibir a las autoridades electas. A propuesta del senador radical Alejandro Molero, los presidentes de los bloques de ambas cámaras integraron las comisiones y procedieron a la recepción, en la puerta de la Casa de las Leyes, de las autoridades que ocuparán los lugares de poder con mandato hasta el año 2019.
El vicegobernador que dejó sus funciones, Carlos Ciurca, fue quien realizó la toma de juramento de rigor a la Vicegobernadora Electa, Laura Montero. Posteriormente, Montero, ya en funciones, tomó juramento al Gobernador electo, Alfredo Cornejo.
Luego de jurar, la vicegobernadora hizo uso de la palabra agradeciendo a los presentes, a funcionarios designados, legisladores y mendocinos. Subrayó que “la Legislatura es la casa de todos” y que no se quedará detrás de su escritorio poniendo todos los esfuerzos en la mejora de la calidad de vida de todos los habitantes de Mendoza.
Resaltó que la intención es “fortalecer el diálogo con el Poder Ejecutivo, el Judicial, las Universidades y Organizaciones del Tercer Sector”, como así también “el espíritu republicano, democrático y el valor federal”.
Del mismo modo, resaltando ser la primera mujer en ocupar el cargo de vicegobernadora de Mendoza, se comprometió en trabajar para resignificar el rol de la mujer en los cargos públicos y en cada uno de los sectores en los que les toque desempeñarse, fundamentalmente trabajando codo a codo con los hombres. 
A su turno, Alfredo Cornejo también dedicó algunas líneas de discurso a los presentes en el Recinto de Sesiones. Sostuvo el nuevo gobernador “empezamos una nueva etapa en la vida institucional de Mendoza conforme al mandato que proviene de nuestra Constitución, continuando el largo camino que lleva 32 años desde el regreso definitivo a la vida democrática”, dijo ante la Asamblea, agregando que “vamos a gobernar con la misma imparcialidad y vocación de servicio para todos los mendocinos”.
“Soy un empleado público que tiene su tarea, como otros miles y la única patronal de todos nosotros son los dos millones de mendocinos que con el esfuerzo de sus impuestos pagan nuestros salarios”, señaló en otra parte de su discurso.
“Queremos establecer criterios de austeridad”, enfatizó, y resaltó que “el Estado provincial no puede ser solamente pagador de sueldos. Debe ser proveedor de servicios públicos de calidad y dinamizador de una economía que contribuya a la creación de empleo privado”.
Cornejo resaltó “quiero que tomemos el ejemplo del maestro que está frente al grado, el de los profesionales de la salud que están en las guardias de los hospitales por las noches, el de los policías que patrullan las calles. Ellos son los verdaderos héroes anónimos que enaltecen la función pública”.

Como ejes de gestión, hizo referencia a llevar adelante “un proceso de modernización del Estado”, mientras que en materia de hacienda pública, sostuvo que “vamos a trabajar para atemperar la emergencia e ir terminando con la dependencia financiera del gobierno nacional, buscando crear un sistema fiscal más equitativo que estimule la inversión y el empleo, trabajando en una gestión de recursos más creativa”. 
En lo que respecta a seguridad, dijo que “será prioridad ineludible de mi gobierno, advirtiendo una vez más que sólo un Estado organizado puede derrotar a la delincuencia”, a lo que agregó que “también impulsaremos reformas para acelerar la justicia, porque una de las primeras causas de incapacidad para enfrentar al delito es el sistema judicial ineficaz”.
En lo que hace a educación y salud, expresó que son “claves para la reducción de las brechas de desigualdad que facilitan la cooptación de los jóvenes más vulnerables por parte del crimen organizado”.
Finalmente hizo hincapié en que “desde lo estatal y desde la ciudadanía, debemos recuperar la confianza en el sector privado”.
Gran cantidad de público se hizo presente en el acto. Legisladores de ambas cámaras, funcionarios que asumirán sus reparticiones, periodistas y familiares de las autoridades presenciaron la Asamblea. Tanto el Salón de los Pasos Perdidos como el Salón de los Gobernadores fueron acondicionados para que pudiesen seguirse las instancias del encuentro. Señales audiovisuales fueron proyectadas en las pantallas en ambos espacios, como así también en el exterior de la Legislatura.
Una vez realizado este acto, la Vicegobernadora Laura Montero, concluyó la Asamblea para dirigirse a Casa de Gobierno, donde se realiza el traspaso del Mando y posterior Jura de Ministros. 

Discurso Gobernador

Autoridades y miembros de la Honorable Asamblea Legislativa, ex gobernadores de la Provincia, señores Intendentes, Legisladores Nacionales, autoridades de la Suprema Corte de Justicia, demás autoridades presentes, invitados especiales, queridos mendocinos, tengan todos buenas tardes.
Empezamos una nueva etapa en la vida institucional de Mendoza conforme al mandato que proviene de nuestra Constitución, continuando el largo camino que lleva 32 años desde el regreso definitivo a la vida democrática.
Siento una inmensa gratitud al representar a los mendocinos como Gobernador. Por eso mis primeras palabras son para agradecer a la ciudadanía por la confianza depositada en los sucesivos actos electorales que han transcurrido durante el año, que además de haber honrado con un alto grado de participación y carácter cívico, le han dado amplia legitimidad al gobierno que me toca asumir.
Vamos a gobernar con la misma imparcialidad y vocación de servicio para todos los mendocinos, en el marco del respeto más profundo de los valores republicanos, promoviendo siempre el encuentro ciudadano detrás de las grandes metas colectivas. 
Y lo vamos a hacer con conceptos claros. Hace unos días, en un cordial encuentro de trabajo, he dicho a los dirigentes sindicales que soy un empleado público más y no se ha tratado de un juego de palabras. Así lo siento. Soy un empleado público que tiene su tarea, como otros miles y la única patronal de todos nosotros son los dos millones de mendocinos que con el esfuerzo de sus impuestos pagan nuestros salarios, los de los funcionarios y los de todos los empleados de planta. Les pido que tengamos siempre presente esto.
Cuando me igualo al resto de mis colaboradores de tareas no me equiparo en responsabilidades. Tengo claro que las cargas más altas caen en mi persona y del compromiso con ellas quiero partir ante ustedes para afrontar los desafíos de la gestión que viene.
Asumo como Gobernador de Mendoza en uno de los contextos críticos más severos que reconozca la Provincia en su historia reciente. La gravedad puesta de manifiesto en la conflictividad social que progresivamente ha ido ganando las calles en estos tiempos, y que proyecta la angustia de muchísimos hogares mendocinos inmersos en la incertidumbre, no sólo se explica en términos de un ciclo económico de desaciertos del País, sino, principalmente, en que a Mendoza en los últimos años se la ha gobernado mal. Por eso, del mismo modo que esta situación tiene resultados dolorosos evidentes, también tiene responsables concretos que deberán rendirle cuentas a la ciudadanía sobre el estado en que entregan hoy el gobierno.
Aquí se ha gastado irresponsablemente, incluso echando mano a recursos que comprometen el futuro, con el agravante de que simultáneamente se ha generado un Estado casi paralizado, con un alto grado de deterioro en la prestación de servicios básicos y, como consecuencia, incapaz de estimular el desarrollo humano y productivo de los mendocinos. Un Estado herido de gravedad, que ni siquiera puede saldar en tiempo y forma el salario de sus trabajadores, ni dinamizar las cadenas de pagos para contribuir con el crecimiento económico en cada rincón de la Provincia.
Esto nos obliga a comenzar el presente mandato con la emergencia de recuperar la paz social, buscando mecanismos que devuelvan la esperanza a los ciudadanos. Ese es el desafío primario. El nuevo gobierno que encabezo viene a recuperar la esperanza.
Y aunque sabemos que va a llevar algún tiempo porque no hay soluciones mágicas, también sabemos que contamos con la determinación de empezar ahora mismo.
Efectivamente, cada circunstancia histórica reconoce sus propios desafíos. Venimos a asumir y liderar los que nos tocan con absoluta conciencia, responsabilidad y entera disposición al trabajo.
La extensa transición que hemos atravesado producto del calendario electoral que fijaran las autoridades salientes, no ha tenido la calidad que pretendíamos a pesar de nuestros reiterados reclamos. Han sido casi seis meses en los que hemos encontrado más paredes que puentes y más sombras que luces a la hora de buscar información fidedigna. No obstante, la apertura al diálogo con todos los sectores de la sociedad, junto con la aplicación y la capacidad técnica del equipo que me acompaña, nos ha dado la oportunidad de ir aproximando un diagnóstico que ha resultado eficaz para el diseño de las políticas públicas que vamos a proponer, como vía para la solución paulatina de los problemas que tiene Mendoza.
Como hijos de un pueblo de valores sanmartinianos, hemos creído indispensable orientar ese camino con el ejemplo, por eso la primera decisión ha sido reducir la planta política del Poder Ejecutivo, concentrando y reasignando tareas y responsabilidades para acelerar los procesos de toma de decisión y al mismo tiempo producir un fuerte ahorro de recursos a la Provincia, estimado en ciento treinta millones de pesos al año.
Queremos establecer criterios de austeridad para mejorar la eficiencia del Estado y la transparencia de la gestión pública, restableciendo la fe y la confianza de los mendocinos en sus gobernantes.
Mendoza necesita recuperar cuanto antes las herramientas de diagnóstico. No sólo porque es imposible una gestión de calidad sin información precisa y confiable, sino también porque la veracidad de la información es una obligación democrática y es un derecho que hace más soberano al ciudadano.
Quiero proponer un cambio de enfoque de la discusión política y que nos animemos a decir las cosas como son: el Estado provincial no puede ser solamente pagador de sueldos. Debe ser proveedor de servicios públicos de calidad y dinamizador de una economía que contribuya a la creación de empleo privado.
Esta visión nos exige encarar dos agendas simultáneas para que lo urgente no nos impida ir construyendo lo importante: una primera que atienda lo inmediato, que es el abordaje de los graves problemas financieros y organizacionales que padece la Provincia, y otra, que proyecte la Mendoza que queremos construir, desarrollada y atenta al mundo, respetuosa y cuidadora de su gente, de su ambiente y de su cultura.
Desde la investidura que ustedes me han conferido y que honraré con todas mis fuerzas y conocimientos, porque me he preparado profesionalmente como administrador público a lo largo de toda mi vida, los invito a cambiar el modo habitual de vivir lo estatal como algo ajeno al bolsillo del ciudadano: vengo a anunciarles que desde hoy se terminó el despilfarro y la desidia en el Estado de Mendoza.
Ha llegado el tiempo del cambio. Y la centralidad del cambio está en PONER A FUNCIONAR EL ESTADO NUEVAMENTE, para que los mendocinos vuelvan a desarrollar su vida con normalidad.
Se acabaron los gobiernos de “slogan”. Viene un gobierno de acción. Un nuevo gobierno que quiere ser merecedor del reconocimiento ciudadano sólo si es capaz de mejorar la vida de las personas. Y para eso vamos a comenzar haciendo lo que hay que hacer: reorganizar el Estado, modernizar todas sus líneas, reducir gastos improductivos y garantizar el apoyo a todos los empleados públicos que hacen bien su trabajo, para que cada vez puedan hacerlo mejor. Ser empleado público debe volver a ser un honor y un compromiso de servicio ciudadano y no la consecuencia de la cercanía con el poder político de turno.
Quiero que tomemos el ejemplo del maestro que está frente al grado, el de los profesionales de la salud que están en las guardias de los hospitales por las noches, el de los policías que patrullan las calles. Ejemplos que están a mano y que vemos todos los días, porque ellos son los verdaderos héroes anónimos que enaltecen la función pública.
Es imprescindible que cada uno, desde su lugar, se involucre en las transformaciones que la nueva etapa requiere dentro de este gran cambio de rumbo político que se ha producido a nivel nacional, en el que Mendoza ha jugado un papel preponderante y en el que está llamada a ser gran protagonista.
Este tiempo de cambio también es el umbral para definir un nuevo vínculo de respeto mutuo y acuerdo entre la Provincia y la Nación, que tenga como eje prioritario la reactivación de la economía regional y la colaboración recíproca en materia de seguridad, salud, educación y obra pública.
Es el momento de hacer reverdecer la confianza pensando que lo que viene será mejor que lo que tenemos.
Como he dicho reiteradamente, los ricos se arreglan con cualquier gobierno, pero la mayoría que está conformada por los más pobres y las clases medias necesitan de un Estado sano que esté presente para prestarles servicios de calidad, que les posibilite proyectar la vida familiar con optimismo.
En materia de metas, quiero ratificar los enunciados generales de nuestra plataforma electoral.
Necesitamos comenzar liderando un proceso de modernización del Estado, que contemple la reestructuración e innovación de los procesos de gestión para entregar mejores servicios a la ciudadanía. Naturalmente, este proceso deberá ir acompañado por la capacitación de recursos humanos y la adecuación de los mismos a las nuevas demandas, siempre garantizando los puestos de trabajo y, naturalmente, respetando todos los derechos que le asisten.
En cuanto a la hacienda pública, vamos a trabajar para atemperar la emergencia e ir terminando con la dependencia financiera del gobierno nacional, buscando crear un sistema fiscal más equitativo que estimule la inversión y el empleo, trabajando en una gestión de recursos más creativa.
Con los recursos humanos y financieros organizados en una misma dirección, sumados a las potencialidades naturales de la provincia, Mendoza puede retomar su rumbo de crecimiento y desarrollo.
Inmediatamente, nos enfocaremos en la gestión de salud, educación y seguridad de modo articulado.
En este sentido, quiero comenzar ratificando quela seguridad será prioridad ineludible de mi gobierno, advirtiendo una vez más que sólo un Estado organizado puede derrotar a la delincuencia. Vamos a diseñar una nueva política de inteligencia criminal. Esto sumado, a la incorporación de tecnología, a la participación ciudadana y a la disposición de componentes decentes y altamente profesionales al frente de la dirección y la organización de la fuerza del Estado,t erminará por producir un eficaz escudo de la civilidad para vencer a los delincuentes por tamaño y poder de respuesta.
A nuestros planes, anexamos el compromiso expreso del nuevo gobierno nacional de brindar una contundente colaboración en la lucha contra el narcotráfico.
También impulsaremos reformas para acelerar la justicia, porque una de las primeras causas de incapacidad para enfrentar al delito es el sistema judicial ineficaz.
Pero no podemos aludir a la seguridad sin referirnos a otros dos temas centrales en que enfocaremos nuestro trabajo como son educación y salud, claves para la reducción de las brechas de desigualdad que facilitan la cooptación de los jóvenes más vulnerables por parte del crimen organizado.
No tenemos futuro si no conseguimos prevenir enfermedades y si no damos un salto educativo que nos permita objetivos que quizá podrían parecer pequeños, pero que hoy, atendiendo el deterioro del sistema educativo, son gigantes: que todos nuestros jóvenes vuelvan a leer y escribir y, sobre todo, a entender lo que leen. No debemos olvidar, por supuesto, la imprescindible necesidad de que dominen las operaciones básicas de las matemáticas.
Para esto, la escuela tiene que volver a enseñar bien, los chicos tienen que volver a respetar al maestro, el maestro mejorar sus capacidades pedagógicas y los padres implicarse en el proceso de aprendizaje de sus hijos. Sólo así vamos a subir un peldaño más arriba para abrir nuevas posibilidades a Mendoza y a los mendocinos que protagonizaran el futuro en este mundo del conocimiento y las tecnologías vertiginosas.
Asimismo, tenemos la determinación de comenzar a cambiar este sistema de salud anómico que enferma, por uno que cure haciendo foco en la prevención.
Queremos un nuevo sistema de salud con médicos y colaboradores que cuenten con los recursos que necesitan, para dar origen a un sistema inteligente que pueda articular los distintos niveles de atención. Que contenga y que conozca a sus pacientes.
Hoy la Salud ha perdido la conducción política y administrativa de sus efectores, encontrándonos en una realidad donde cada uno actúa como quiere o como puede, generando la anarquía que está a la vista.
Ante este escenario, el primer esfuerzo estará centrado en reencausar la conducción y el ordenamiento de los hospitales denominados de Referencia o de Alta Complejidad. La importancia de los mismos no sólo radica en que son los de mayor complejidad de la Provincia, sino que también en ellos se invierte el 40% o más del presupuesto asignado al Ministerio de Salud.
Para lograr este objetivo, queremos aplicar un sistema de estímulo al trabajo de los directores. Además, queremos reforzar esta idea con un sistema de auditorías, a fin de monitorear las distintas áreas y sus recursos humanos para ir optimizando y corrigiendo las acciones.
Así podremos aspirar a alcanzar el desafío nunca logrado, de que los hospitales atiendan en turnos vespertinos y que el personal cumpla con el horario reglamentario, ya que se paga mayor dedicación y prestaciones para alcanzar esta meta.
Buscamos descongestionar las listas de espera con una distribución regional, ofreciéndole a la población alternativas a la demanda que hoy existe en otros efectores públicos.
Debemos lograr la integración y complementación del Ministerio respectivo con la OSEP, para abordar distintas problemáticas. Sería deseable que el Gobierno Provincial, a través de sus representantes, conduzca la delegación del PAMI local, ya que así se integrarían aún más las políticas de salud de la provincia.
Siguiendo con las metas que nos proponemos, desde el punto de vista del desarrollo económico, el Estado provincial optimizará y pondrá al servicio de la producción las pocas herramientas que tiene a su disposición, para intervenir en la mejora de la hoy alicaída actividad. El acceso al crédito, la presión impositiva y la obra pública serán motivo de intervención paulatina, progresiva y en concordancia con un nuevo horizonte de estabilidad macroeconómica.
Vamos a promover las acciones necesarias para que los sectores productivos, que son los verdaderos dinamizadores de la actividad económica, vuelvan a fomentar el trabajo digno. En este contexto, el conjunto de intervenciones inherentes a la gestión provincial apuntarán en tres direcciones estratégicas: creación de condiciones para la concertación público/privada; dinamización empresarial y mejora del entorno de negocios.
Desde lo estatal y desde la ciudadanía, debemos recuperar la confianza en el sector privado. El empresariado vigoriza la generación de riqueza y lo debemos apoyar. No me refiero, por supuesto, a los que quieren servirse del Estado, sino a los muchos que trabajan a diario para potenciar la economía.
Quiero decirles que los vamos a acompañar, a la vez que ejerceremos los controles necesarios para que la empresa privada cumpla el papel virtuoso que nunca debió haber perdido, entre otros aspectos, en la generación de empleo de calidad.
El empresariado debe saber que nuestras políticas públicas estarán orientadas a fortalecer la producción de bienes y servicios. A su vez queremosinvitarlos a controlar nuestra tarea. No sólo a quejarse de las malas políticas y dejar que sigan, sino a apuntar sus desacuerdos para que los debatamos. Los convocamos a asumir el riesgo que toda empresa conlleva, a invertir y a esperar reglas de juego claras, no ayudas que pasen por alto las obligaciones y sacrificios.
Mendoza no ha olvidado la tarea titánica de los empresarios del pasado que hicieron grande a la provincia y necesita sentir que esa epopeya de derrotar al desierto, se puede repetir hoycon más fuerza. Hablo de esa energía que tracciona con el ejemplo, como la hazaña de los Fader, que convirtieron a esta provincia en pionerade la actividad petroleraen el país, oa esa larga lista de apellidos ilustres de la vitivinicultura que fueron verdaderos precursores de progreso, cuyos ecos se conjugan con nuestros bodegueros actuales,que saben seducir con la calidad de sus vinos al mercado internacional.
Vamos a devolverle visión estratégica al producto mendocino, vamos a cambiar la indiferencia por el apoyo, apuntando a la vez a recuperar gradualmente el crédito para emprender.
Necesitamos a los sectores sindicales y productivos espalda con espalda, como les he explicado oportunamente por separado, trabajando para resolver los problemas junto con este gobierno, pero también para contribuir con el desafío de pensar a Mendoza en el largo plazo. La única forma de que la provincia tenga más dinero para distribuir e invertir es administrando mejor y produciendo más. Si nos ayudan, vamos a conseguir buenos resultados en un tiempo significativamente más rápido que si cada sector mira sólo su propio universo.
En este proceso de recuperación de la provincia que nos proponemos y en la medida que vaya mejorando la recaudación y se optimice la administración de los recursos, apuntaremos a hacer crecer la obra pública. Queremos ir recuperando paulatinamente el insustituible rol del Estado en el desarrollo de la infraestructura social que tanto hace falta, de los caminos, las viviendas y las obras hídricas para mejorar el cuidado y la producción de agua potable y gas.
En materia de ambiente vamos a garantizar la sustentabilidad de todas las actividades productivas de la provincia y nos vamos a concentrar en el ordenamiento urbano para ir acompañando los procesos de concentración de ciudades, sin resignar calidad de vida ni capacidades productivas.
Iremos optimizando gradualmente el servicio de transporte público de media y larga distancia, a través de un plan estratégico en conjunto con los municipios y las organizaciones de la sociedad civil, coordinado con los planes de ordenamiento territorial provincial y los municipales. Los objetivos del plan conducirán a priorizar la demanda, mejorar el esquema de frecuencias y recorridos, regular y controlar las concesiones, implementar un sistema multimodal que desaliente el uso del automóvil particular, descongestionando los microcentros y eliminando las inequidades territoriales.
Mendoza tiene un capital turístico extraordinario, no descubrimos nada al decir esto, lo que nos proponemoses potenciarlo con una administración integrada entre lo público y privado, a través de la creación de un Ente autárquico que le abra las puertas a políticas sectoriales de largo plazo.
Mi gobierno, tal como justifican mis antecedentes como gestor público, viene a multiplicar las industrias culturales y apoyar a sus hacedores, con quienes esperamos tener un intercambio activo y creativo que nos ayude a proyectar sus capacidades, e incorporar nuevos talentos jóvenes.
Tambiénanuncio que vamos a trabajar en la modernización del sistema de votación, para que la voluntad ciudadana se vea honrada con las prácticas electorales y haya previsibilidad en los procesos, tanto para la gente como para las fuerzas políticas.
Confiamos que un liderazgo sólido, con metas claras, servirá para crear una atmósfera de entendimiento colectivo que sirva para reorganizar el Estado y administrar bien el dinero de los mendocinos, para enfrentar la inseguridad, para incentivar al sector productivo y desarrollar el empleo, para garantizar la salud, la educación y el desarrollo social integral y para que el Estado vuelva a hacer obras, viviendas e infraestructura social.
Pensamos la política como instrumento regulador del interés sectorial y reparador de las desigualdades y nos entusiasmamos con la esperanza y el optimismo con que las mendocinas y los mendocinos imaginan el futuro próximo a pesar del contexto coyuntural.
Como dice en los textos deCortázar, “La esperanza le pertenece a la vida.Es la vida misma defendiéndose”
Creo que gobernar bien es ocuparsede ayudar a queesa esperanzatenga la energía necesariapara alcanzar los sueños de progreso, fundamentalmente de los más postergados,uniendo el esfuerzo colectivo, definiendo prioridades y trabajando sin descanso.
Tengo la convicción de que podemos construir una gran Provincia. Por eso los convoco a todos, a crear un marco colaborativo que le sirva a Mendoza en estos momentos difíciles.
Ahora que las palabras le cedan el lugar a los hechos. A los gestosbienintencionados. Al entusiasmo para sumar.Quien así lo sienta,rápido va a encontrar en este Nuevo gobierno un gobiernode escucha atenta, abierto al diálogo y dispuesto a la construcción de consensos amplios.
Estamos con los brazos abiertos.Tenemos ganas de empezar a hacer. Mendoza nos necesita juntos.Muchas gracias.
 

 
 

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