La comisión de Hacienda, que preside Jorge López (UCR), convocó a su reunión habitual a la directora de Agricultura de la provincia, Valentina Navarro, para continuar con la ronda de consultas vinculada al proyecto de promoción de cultivos agroecológicos.

La iniciativa de Marcelo Aparicio (FdT-PJ), promueve el desarrollo de la producción agroecológica, tanto en su producción, distribución y comercialización, como en la estimulación de su consumo en estado natural o elaborado. Para ello, la semana pasada se convocó al presidente del Observatorio Rural y Agrícola, Martín Betancud, y en esta oportunidad, a la funcionaria provincial que se explayó sobre esta propuesta pero además, sobre la situación actual de la agricultura mendocina.

López, sostuvo al respecto que la idea es “profundizar en el tema para darle una impronta desde lo legislativo, de manera tal de tener una norma que dé el marco de desarrollo a este tipo de producción. Por tal motivo invitamos a la ingeniera Navarro, para que se explayara sobre el sector agropecuario y escuchar sus recomendaciones sobre qué hay que tener en cuenta para avanzar en este marco normativo”.

Navarro, sostuvo que la temporada 2019/2020, “aun cuando en marzo comenzó la pandemia, pudimos transitarla. Tuvimos dificultades por lo que se vio de trabajadores que habían sido dejados, abandonados o por empresarios o por cuadrilleros de manera irresponsable en la Terminal, pero las cosechas se pudieron hacer siguiendo los protocolos, no tuvimos mayores inconvenientes precisamente por los protocolos y porque todavía no estaba la presencia del virus como lo está hoy”. 

“Hoy, la actividad agrícola y agropecuaria sigue siendo una prioridad para el gobierno provincial por lo que se han destinado grandes montos a la actividad, por ser creadora de empleo y por todas las inversiones que conlleva”, expresó, y subrayó que las dificultades que se presentan actualmente tienen que ver “con el tema de los trabajadores para la cosecha y otras labores culturales, como el raleo. El problema es la mano de obra local que no abastecería lo necesario para el agro”.

En tal sentido, dijo que tiene previsto reunirse con autoridades nacionales a quienes ha solicitado tres puntos básicos que son necesarios para afrontar la próxima temporada de cosecha. “Lo que he planteado es el  libre tránsito interprovincial, porque por más que estén los protocolos tenemos que garantizarle a los trabajadores que van a llegar; la no suspensión de la seguridad social y un protocolo nacional que nos ayude a las provincias, porque nosotros lo hemos hecho y están en revisión del Ministerio de Salud. Se trata de no descuidar la producción como motor de la economía pero tampoco descuidar la salud”. Sobre estos tres puntos, la funcionaria también pidió a los legisladores que tienen llegada al gobierno nacional, para que sirvan de nexo en la petición.

En lo concerniente al proyecto en estudio en la comisión, la directora de Ganadería dijo que hay que tener en cuenta “las buenas prácticas agrícolas, algo que está por Ley nacional, que en parte también promueve que los productos no hagan daño a la salud humana, el buen uso de los insumos agropecuarios  y el cuidado de los trabajadores. Hacer una producción sana, amigable y segura para los consumidores”.

Otro punto planteado por Navarro es el de las certificaciones. “El tema que haya una certificación, si bien eleva los costos, es importante porque es lo que nos permite exportar certificando que es orgánico. Esto también nos posiciona a nivel mundial. Esto hay que fomentarlo”, expuso.

“Los cultivos agroecológicos promueven evitar el uso de síntesis químicas, conservar el recurso hídrico y ambiental, que la gente pueda elegir lo que come. Es muy interesante. Más allá de que sea una ciencia que abarca a la Agronomía, es un movimiento social que lo que promueve es la justicia social, habla de la identidad y la cultura, se relaciona con la agricultura familiar. Lo que me parece interesante poner en discusión, es el tema certificaciones. Además – sostuvo -, tampoco tenemos hoy estadísticas de cuántos productores están cultivando con estos sistemas agroecológicos y hay que ver de qué forma o no se podría fomentar”.

López, coincidió en que las certificaciones “deberían cumplir con estándares internacionales. Hoy a nivel nacional no hay, sí para lo orgánico porque es cuantificable, es medible. Acá, al estar hablando de procesos es más complicado”.

Según Navarro, se sabe que en la actualidad existen en Mendoza alrededor de 10 mil hectáreas de productos orgánicos, la mayoría de vid y olivos, cuyo  principal destino es la Unión Europea en el caso del vino orgánico. También se comercializa el mosto orgánico, fundamentalmente a Estados Unidos, que es el primer destino. No hay estadísticas respecto a la producción agroecológica. “El principal limitante de la superficie de Mendoza  es el agua, solo el 4% de la superficie tenemos de oasis y allí se concentra entre el 96 y el 97% de la producción. Por eso resulta interesante, porque esta pandemia es también económica y social y puede ser una alternativa”.

Por su parte, Aparicio indicó que el objetivo es la “generación de trabajo e inversión. Pensar en cómo podemos hacerlo posible. Es cierto que hay una transición de la producción tradicional a lo agroecológico, pero también es cierto que hay que invertir y ver cómo una misma propiedad, una misma finca o chacra, puede aumentar el rinde por este sistema, no trabajar sólo sobre un producto sino sobre todo lo que se puedes anexar a esas hectáreas de producción, sumado al beneficio para la salud, y también el valor agregado a nivel global de los mercados internacionales. Si se puede trabajar con los organismos competentes más la certificación, nos haría pioneros en el cuidado de las futuras generaciones, aumentando el trabajo y la producción”.

Finalmente, el titular de la comisión, Jorge López, apuntó que “uno de los grandes temas en los que tenemos que concentrarnos, es en el de la certificación. Sabemos que nos permitiría abrir mercados, abrirnos a una escala global que pondría a la provincia en otro escenario. Tal vez sea una de las limitaciones que los productores se embarquen en ese cambio cultural, que seguramente también lo será para los profesionales, pero tenemos que buscarle la vuelta y generar el marco normativo que fomente y les permita a los productores  avanzar en esa órbita, a través de una de las patas que es lo social y lo medioambiental, que es la agricultura del futuro; sustentable, con beneficios económicos y con beneficios para la salud de los consumidores”.

“Vamos a seguir trabajando en esa línea para generar un marco normativo que aliente eso, que incorpore las buenas prácticas agrícolas, la receta agronómica y otras iniciativas que van en esa línea también”, acotó.