Aportan desde AVOME su opinión sobre el proyecto “Sistema Provincial de Acogimiento Familiar”

Los integrantes de la comisión de Desarrollo Social, que preside Marcela Fernández (UCR) continuaron con el tratamiento del proyecto de Ley que promueve la creación  del “Sistema Provincial de Acogimiento Familiar” como modo alternativo para niños, niñas y adolescentes que se encuentran privados de cuidados parentales.

Con ese objetivo fueron invitadas al seno de la comisión, vía zoom:  la asesora Familias Temporarias de AVOME, Fabiana Erbetta; la coordinadora del Área de Psicólogos AVOME, Leticia Urruti y la supervisora de Gestión AVOME, Marcela Frías, y Paula Moretti, del CONICET.

“Si bien este proyecto lo presentamos el año pasado han quedado temas puntuales que analizar: el tiempo de proceso judicial para los pretensos adoptantes  y saber cuál es el perfil para constituirse en familia de acogimiento temporaria”, comenzó diciendo la  autora de la iniciativa, Marcela Fernández.

En esa línea Moretti dijo que  “hay cuatro antecedentes que se tienen en cuenta: las condiciones del ámbito institucional, el desarrollo del niño institucionalizado, el desarrollo de un niño o niña dentro de una familia  de acogimiento y las condiciones que deben tener las familias que pretenden hacerse cargo de los menores”

“Los chicos institucionalizados tienen  una gran  carencia de vínculos porque hay disrupción toda vez que el  cuidado en las instituciones es masificada, no se puede atender a los niños según sus propias necesidades. Investigaciones que se han realizado en Chile aseguran que  hay poca capacitación de los cuidadores y que estos no están conectados con los niños de manera adecuada por lo que el menor va creciendo con una carencia afectiva crónica“, indicó.

“El niño institucionalizado sufre  un problema en su desarrollo integral” dando como ejemplo los padecimientos a nivel físico que  se generan, “la  inmunodepresión, o viven enfermos, tienen  problemas a nivel socio afectivo que los lleva a estados depresivos o a autolesionarse. Desde lo neurocognitivo también se ven afectados y les cuesta adaptarse a situaciones de riego. Todo esto se agrava cuanto más tiempo pasan institucionalizados. Una institucionalización muy larga provoca estrés”, señaló.

Aclaró que “no es lo mismo haber sido institucionalizado en los primeros días de vida que estar en esta condición siendo más grande”. En este punto, destacó que “según lo investigado la etapa llamada de los “1000 días de vida” es muy importante ya que, si en ese lapso no se recibe la contención adecuada, los niños y niñas quedan con  marcas que pueden ser permanentes”.

La profesional remarcó que “es necesario hacer un estudio longitudinal de esta problemática, no sólo en Argentina sino en Latinoamérica, prestando particular atención a los pequeños de 0 a los 3 años.”

Respecto de las evaluaciones y cambios que se observan en los menores dentro de familias de acogida, Moretti aseguró que “se conocen cambios positivos en los vínculos, que se notan en el lenguaje, en la motricidad fina y gruesa y en el intercambio socio afectivo”.

Abundó sobre el particular al señalar que se observan los cambios en dos áreas muy importantes, “la comunicación aumenta y los  riesgos a nivel socio emocional disminuyen, lo que muestra los beneficios de la entrada del niño al sistema de familia de acogida”.

Al mencionar las situaciones de apego que se generan, tanto en el menor como en los integrantes de la familia de acogida pasado un tiempo, subrayó la necesidad de que “esos  apegos sean seguros, favorables y  proporcionen confianza”.

Por su parte, Graciela Veluzzi, al referirse al proceso de admisión de las familias postulantes expresó que “hay toda una labor en el  proceso de admisión en el que trabajan por lo menos dos o tres psicólogos, donde se va viendo la motivación que tiene la familia temporaria  para postularse, si verdaderamente es un acto de solidaridad. Eso es fundamental. El tiempo más adecuado, también tiene que ver con la particularidad de los postulantes”.

Agregó que el proceso de vinculación con los pretensos adoptantes, “es particular y depende del tiempo que el niño necesite para hacer el despegue de la familia temporaria a la definitiva. El niño es el que marca los tiempos. No podemos decir cuantos días. No nos valemos de parámetros sino de lo que le pasa al niño con el vínculo que tendrá que dejar”.

Fabiana Erbetta explicó también que los legajos son seleccionados minuciosamente por lo que “lleva un tiempo,” luego van al Juzgado y desde allí nos informan “qué familia será la adoptante y a partir de ahí comenzamos el proceso de vinculación. En el año 2020 se produjeron  adopciones”.

Al respecto, Leticia Urruti agregó que “el niño no se entera de un día para el otro que se irá de su familia temporal a una definitiva, porque es necesario un período de adaptación psicológica, emocional”.

En tanto Marcela Frías, ponderó el proyecto en análisis y dijo “quedamos en AVOME abiertas a seguir participando con nuestros aportes a esta iniciativa, como así a su reglamentación”, en caso de ser aprobada.

La comisión continuará profundizando otros aspectos del proyecto de Ley para lo cual la próxima semana recibirán la opinión de jueces de familia.


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