En su sesión de tablas, la Cámara de Diputados rindió homenaje al exsenador Alejandro Bermejo, fallecido recientemente a los 60 años. Tras un minuto de silencio en su memoria, diputados del bloque del Frente de Todos lo recordaron con emoción.
“Nos ha tocado vivir días de mucha tristeza por el fallecimiento de nuestro amigo, el senador provincial Alejandro Bermejo, con quien me tocó compartir muchos años de trabajo y de militancia en Maipú”, dijo Duilio Pezzutti, quien obedece que “casi la mitad de mi vida” acompañó “la tarea militante de Alejandro”.
El legislador leyó la nota que le envió a “una militante del departamento”, en la que describe que “él, muchos años me enseñó todo lo bueno de la política, a defender las posturas con convicción pero entendiendo que con la opinión del otro también se construye, que para conocer la realidad hay que estar en la calle, que para sentir el dolor ajeno hay que hacer lo propio. Aprendí de él que el respeto se obtiene con respeto, que el liderazgo se legitima con el ejemplo genuino, que a pesar de las diferencias la política tiene códigos”, y que “primero está el otro. Alejandro ha dejado una huella imborrable en nuestra vida”.
A su turno, Juan Pablo Gulino sostuvo que “Alejandro fue una persona que desde el retorno a la democracia tuvo una participación primordial” y que el Pulga, como lo llamaron, “era el hombre con el que todos queríamos charlar, con el que todos queríamos ir un acto y verlo cómo dialogaba con nosotros o cómo dialogaba con los vecinos. Porque eso era la fortaleza de él, era una persona sincera, honesta, un tipo muy ameno que entendía que la política se hacía con afectos, con relaciones”.
Finalmente, Germán Gómez exigió que “nunca me voy a olvidar de las charlas que yo presiento con él siendo muy joven y él también, porque era un militante que arrancó a los 18 años. Me decía: vos nunca mandes a un empleado oa alguien a que vaya y vea el problema, andá vos personalmente y buscá la solución”.
“Ese consejo en cierta forma lo definió a él como persona, no solamente como político, de la preocupación que tenía del otro y de las soluciones que utilizaría que darle a aquellos que en definitiva dependían de la política para lograr alguna solución. Destaco su nobleza, era una persona noble que tenía diálogo -como muy bien decía acá mi compañero- con todos los sectores de la política. No solamente tenía amigos en el peronismo y hermanos en el peronismo, sino que también tenía muy buenas relaciones con el resto de quienes hoy ocupaban una banca, con cualquier referente político de otro partido, porque creo que era una persona noble e íntegra que esa es la mayor de las virtudes”.