La Semana Mundial de la Lactancia Materna fue instaurada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud y UNICEF en 1992, celebrándose entre el 1 y 7 de agosto de cada año en el aniversario de la Declaración de Innocenti.
“Como una meta global para una óptima salud y nutrición materna e infantil, debe permitirse a todas las mujeres practicar lactancia materna exclusiva y todos los niños deben ser alimentados exclusivamente con leche materna desde su nacimiento hasta los 4-6 meses de edad”, señala tal Declaración que firmada por la OMS y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Esta semana es conmemorada en más de 120 países, en los que a través de diferentes campañas buscan concientizar sobre la importancia de la lactancia materna en los primeros meses de vida, reforzando así la cultura del amamantamiento.
Este año el lema de la “Semana mundial de la lactancia materna” es “Amamantar y trabajar: ¡hagamos que sea posible!” y en ese sentido, la OMS ha publicado que “amamantar es más fácil cuando el lugar de trabajo ofrece apoyo para la lactancia o para la extracción de la leche”.
La lactancia materna conlleva una serie de beneficios no sólo para el bebé sino también para la madre. Es el alimento completo y saludable para recién nacidos y niños menores de 2 años o más; por contener más de 300 nutrientes y cantidades exactas de grasas, azúcares, agua, proteínas y vitaminas que el niño necesita para crecer y desarrollarse, que a su vez brinda muchos beneficios para la madre.
Beneficios para el bebé
La leche materna tiene anticuerpos que protegen de enfermedades prevalentes de la infancia como: diarrea, alergias, asma y las infecciones respiratorias. Además, disminuye el riesgo de desnutrición como así también de muerte súbita.
Es de fácil digestión para el bebé, tiene los líquidos y electrolitos suficientes para su hidratación, tiene la mejor biodisponiblidad de hierro, calcio, magnesio y zinc, y favorece el desarrollo emocional e intelectual.
Por otra parte, entre otros beneficios, tiene efectos de largo plazo en la salud ya que disminuye la probabilidad de desarrollar en la edad adulta enfermedades crónicas como la obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 1 y tipo 2, leucemia e hipercolesterolemia, al mismo tiempo que hace que logren un mejor desarrollo cerebral.
Beneficios para la madre
De la misma manera el amamantamiento crea un vínculo afectivo madre-bebé, que favorece el desarrollo de la autoestima; ayuda a la rápida recuperación después del parto como así también a quemar calorías adicionales lo que permite recuperar rápidamente el peso previo al embarazo.
Previene la depresión post-parto; a largo plazo también la osteoporosis, el cáncer de mama y de ovario; disminuye el riesgo de sangrado en el post parto por lo tanto disminuye el riesgo de desarrollar anemia, y en el cuerpo de la madre produce hormonas especiales que le ayudan a sentirse relajada y cariñosa hacia su bebé.