Por iniciativa de las diputadas Evelin Pérez (UCR) y Cintia Gómez (JxL-LUM), se realizó, en el Salón Azul de la Cámara de Diputados, la charla “Concientización sobre Fibromialgia” a cargo del reumatólogo Eduardo Musri y la Lic. Milka Sosa.
En el encuentro estuvieron presentes además, el diputado Emanuel Fugazzotto (PV) y el senador Valentín González (UCR), y público en general.
Desde 1993, la Organización Mundial de la Salud ha establecido cada 12 de mayo, como el Día Mundial de la Fibromialgia y del Síndrome de la Fatiga Crónica, en honor a Florence Nightingale, una enfermera que, a los 35 años, sufrió una enfermedad crónica y debilitante.
La diputada Pérez señaló que “este día se conmemora con el objetivo de concienciar a la población acerca de estas enfermedades que padecen entre el 3% y el 6% de la población mundial”.
“Hoy estamos aquí para hablar de fibromialgia, para tener herramientas frente a esta enfermedad compleja e invisible y avanzar en su tratamiento y en su enfoque para que las personas que la padecen puedan vivir con esta enfermedad y mejorar su calidad de vida, esperando que esta charla de los profesionales aporten a este objetivo”, manifestó.
Por su parte, la diputada Gómez dijo que es muy importante hablar de fibromialgia, ya que “a veces por fuera nos vemos muy bien pero por dentro la pasamos mal. Es una enfermedad difícil de diagnosticar y eso hace que mucha gente no la entienda”.
Milka Sosa señaló que se dedica a la Programación Neurolingüística (PNL) que lo que hace es “mostrarnos como procesamos la información neurológicamente, cómo hacemos lo que hacemos, cómo procesa nuestra cabeza la información que llega desde el exterior por eso está muy relacionada con los detonantes que puede tener esta enfermedad para atender las causas”
El Dr. Musri antes de comenzar su exposición, aclaró que “por nombre quizá muchos conozcan la fibromialgia , pero pocos las conoce en profundidad y de qué manera afecta la actividad diaria de las personas que la padecen, por lo que es importante que se conozca más de ella”.
Musri explicó que la Fibromialgia (FM) es “un síndrome clínico de origen desconocido en el que el principal síntoma es el dolor musculo esquelético crónico y generalizado, que afecta tanto a miembros superiores como a inferiores y al raquis, durante al menos 3 meses consecutivos”.
Indicó que en Argentina entre un millón y dos millones de personas padecen esta enfermedad “silenciosa” y que la aparición de los síntomas “comienza con mayor frecuencia entre los 20 a 50 años, aunque puede aparecer en niños”.
Se refirió a los síntomas como “fatiga intensa, alteraciones del sueño, ansiedad, depresión, rigidez matutina o cefaleas”, entre otros, agregando que “se desconocen las causas de esta enfermedad” aunque aportó que “los desencadenantes podrían estar relacionados con algún trauma físico o emocional, infecciones por algún virus, alteraciones del sueño o también que determinadas áreas en el cerebro que son responsables del dolor, reaccionen de manera muy diferente en estas personas. En la actualidad no se conocen medidas que prevengan la aparición de fibromialgia”.
“El síntoma principal de la fibromialgia es el dolor, que puede ser leve o intenso. Las áreas de dolor se denominan puntos de sensibilidad, los cuales se encuentran en el tejido blando de la parte posterior del cuello, los hombros, el tórax, la región lumbar, las caderas, los codos y las rodillas”, agregió.
“El dolor puede empeorar con la actividad, el clima húmedo o frío, la ansiedad y el estrés. Todo esto hace que la fatiga, el estado anímico deprimido y los problemas con el sueño se den con frecuencia en los pacientes con Fibromialgia y Fatiga Crónica. También puede haber otros síntomas asociados como síndrome de intestino irritable, problemas de memoria y concentración, entumecimiento y hormigueo en manos y pies, disminución de la capacidad para el ejercicio y jaquecas o migrañas tensionales”, subrayó.
Respecto al diagnóstico añadió que “está basado en criterios relacionados con el periodo durante el que se mantiene el dolor generalizado, el número y localización de las zonas afectadas y las pruebas que descartan la existencia de otras patologías”.
En cuanto a los tratamientos existentes hoy, indicó que “van dirigidos a reducir y controlar los síntomas y consiste en la administración de fármacos para disminuir el dolor, terapia cognitivo-conductual, ejercicio físico, tratamiento rehabilitador y de fisioterapia; también pueden formar parte del proceso terapéutico el ejercicio aeróbico, los programas educacionales, los ejercicios de relajación, terapias de ayuda para logar una actitud activa de los pacientes y los grupos y las redes sociales de apoyo mutuo”.
El profesional médico aseguró que “si bien esta es una enfermedad crónica, se puede mejorar notablemente el dolor y tener mejor calidad de vida” y que “en algunos casos los dolores agudos desaparecen”.
En tanto, Sosa se refirió a las maneras que tienen las personas de “afrontar la enfermedad”, afirmando que el conocimiento “ayuda mucho a comprender qué nos está pasando”, marcando que una “actitud positiva, ayuda notablemente a sobre llevar el padecimiento y las limitaciones sociales que conlleva”.