Por iniciativa de los presidente de los distintos bloques legislativos, Cecilia Rodríguez, Guillermo Mosso, Germán Gómez, Edgardo Civit Evans, Enrique Thomas, Mauricio Torres, Emanuel Fugazzotto, Gustavo Cairo y Laura Balsells Miró, la Cámara de Diputados aprobó el reconocimiento y distinción a Antonio Héctor Sandri, por su trayectoria de la favor de la actividad cinematográfica en Mendoza.
En los fundamentos del proyecto se menciona que “la vida y el trabajo de Sandri, es la de un verdadero pionero del cine mendocino, bajo el impulso de una profunda pasión por el cine, con espíritu innovador y un fuerte deseo de contribuir a su comunidad. Su legado perdura en la memoria de aquellos que tuvieron la oportunidad de disfrutar del cine gracias a su dedicación y esfuerzo”.
Mosso agrego al respecto que “en su persona se resume la era o la época más gloriosa de la actividad cinematográfica en nuestra provincia”, manifestando que “como trabajador de la empresa Film Andes, hizo que Mendoza fuera considerada la Hollywood de Argentina”.
El trabajo de Antonio Héctor Sandri tuvo un impacto significativo en la comunidad mendocina en varios aspectos: accesibilidad al cine, innovación y emprendimiento, preservación de la historia del cine, fomento del sentido de comunidad.
Antonio Héctor Sandri nació en las Heras en el año 1943, en el seno de una familia compuesta por su padre, Don Francisco Sandri, inmigrante italiano, y Nuncia Baielli. Comenzó sus estudios primarios en el Colegio General Las Heras hasta 3º Grado y los finalizó en el Colegio Don Bosco, iniciando su relación con el cine a una edad muy temprana.
A los 12 años, proyectaba películas en el colegio para costearse sus estudios. Este primer contacto con el cine no solo le permitió financiar su educación, sino que también despertó una pasión que definiría su vida.
Sandri creció en una familia trabajadora y desde joven mostró una gran determinación y curiosidad por la tecnología y el cine. Su habilidad para operar y construir proyectores lo llevó a trabajar en el cine Alhambra y a inaugurar el cine Lavalle. Además, trabajó en la fábrica de proyectores Dium, ubicada en Villa Nueva, Guaymallén, de los hermanos Jaime y Francisco Diumenjo, donde se especializó en la construcción y operación de estos equipos. Esto le permitió mantener y actualizar los equipos de proyección en las salas de cine que gestionaba. También prestó servicios técnicos a numerosas salas del cine mendocino e instaló equipos en numerosas salas de la provincia de Mendoza, dependencias del Ejército y otras salas de nuestro país.
Antonio Héctor Sandri proyectó una amplia variedad de películas tanto nacionales como extranjeras a lo largo de su carrera, especialmente durante la época dorada del cine en Mendoza, entre las que se encuentran “La Guerra Gaucha” (1942), “Los Isleros” (1951) y “El Santo de la Espada” (1970). Estas películas no sólo fueron éxitos de taquilla, sino que también reflejaron aspectos importantes de la cultura y la historia argentina.
Actualmente, a sus 82 años, Antonio enseña a operar proyectores de cine a los alumnos de la Tecnicatura Universitaria en Producción Audiovisual de la UNCUYO y de la Escuela de Cine en el Museo Interactivo Audiovisual (MIA), donde también transmite su experiencia y ofrece una plataforma educativa para que las nuevas generaciones aprendan sobre la evolución del cine en la provincia. Además, el museo organiza eventos, proyecciones y actividades relacionadas con el cine, proporcionando un ámbito para que cineastas locales muestren su trabajo.