Profesionales del arte de curar se inclinaron por considerar a la Acupuntura como una acto médico que debe tener un sustento académico universitario, de acuerdo con el status de una medicina occidental que rige para todos los actos sanitarios en nuestro país.
A continuación se puso de manifiesto la experiencia chilena que reconoce, desde hace unos años, a las terapias complementarias y forman parte del sistema de salud, como auxiliar del mismo y supeditados a un diagnóstico profesional dentro de la medicina. En Chile estas terapias se han incorporado a la atención primaria de la salud y se proporcionan a toda la población en forma gratuita. De esta forma dejaron de alcanzar sólo a elites que accedían a las misma por sus posibilidades económicas.
A medida que transcurría el debate se profundizaban las diferencias entre la medicina occidental y la tradicional china que tiene sustentos filosóficos totalmente distintos a la primera. Un profesional de origen chino dio un panorama al respecto, de acuerdo a una historia milenaria que tenía un enfoque particular sobre cada paciente. Se señaló durante la reunión que cada paciente es ser particular que se lo trata como tal en armonía su salud con la naturaleza.
Continuaron el diálogo en pos de conciliar puntos de convergencia entre principios de vida distintos; la necesidad de incorporar en las facultades de Medicina materias de información sobre terapias alternativas y/o complementarias; acordar a quién le corresponde diagnosticar; ampliar el espectro multidisciplinario para beneficio de los pacientes, entre otros aspectos.
También se dieron testimonios sobre experiencias en otros países respecto de la libertad que tienen los ciudadanos para elegir su propia terapia.