Los estimulantes en combinación con el alcohol provocan taquicardia, arritmia, fallas cardio-pulmonares, muerte súbita y coma alcohólico, ya que retarda el efecto del depresivo (alcohol), lo que le permite tomar a la persona que ingiere este cóctel, aproximadamente un 30% mas de lo que su cuerpo asimilaría normalmente. Se llega así a altos grados de concentración de alcohol en sangre, lo que no solo generar anomalía en el cuerpo sino que también disminuyen considerablemente, su capacidad de reacción y de reflejo.
El alto grado de cafeína en el cuerpo aportada por las bebidas energizantes, aumenta la frecuencia cardiaca y somete a la cobertura interna de las arterias a un mayor roce, produciendo una irritación que puede generar un coágulo que tape la arteria y produzca hipertensión arterial e incluso infarto de miocardio.
Según explica la diputada Pérez “una disposición elaborada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ALMAT), obliga a las empresas que producen bebidas energizantes a reducir la cantidad de cafeína en ese producto: de 35 a 20 miligramos por cada 100 mililitros y se exige, que en las latas se inscriba en letras de un tamaño superior a 5 por ciento de la altura del envase la siguiente leyenda: "El consumo con alcohol es nocivo para la salud".
“Los efectos de estas bebidas son comparables a los de una droga, porque estimulan al sistema nervioso central, y pueden llegar a dañarlo trastornando las funciones cardiacas, provocando hipertensión, hiperactividad, dilatación de las pupilas, vómitos, actitudes agresivas, cambios de humor inesperados, como pasar rápidamente de la euforia a la depresión e incluso pueden provocar la depresión crónica “,agrega la legisladora.
Con respecto al consumo de energizantes por parte de los menores Cristina Pérez subrayó que “lo preocupante en Mendoza es que la edad de iniciación de consumo de bebidas energizantes en los adolescentes se ha reducido de 16 a 14 años. El consumo de estas bebidas en los locales de diversión nocturna para menores de edad (matinés) constituyen un riesgo para la salud de nuestros niños y adolescentes y no podemos estar ajenos a esta realidad”.
Explicó que pediatras consultados desaconsejan el consumo de energizantes sin prescripción médica por las consecuencias a nivel cardíaco que podrían tener quienes los consumen. “De hecho en países europeos como Francia, Dinamarca y Noruega las bebidas energizantes solamente pueden ser comercializadas en farmacias y su venta esta prohibida a menores de 18 años. En nuestro país Tucumán, Córdoba, Tierra del Fuego, Corrientes y La Rioja ,entre otras provincias decidieron crear normativas de prohibición o restricción de estas bebidas”, indicó.