Según indicó, “se priorizará la contratación de compañías de servicio y personal mendocino, especialmente malargüinos”, y se “minimizará al máximo la preparación de las zonas de trabajo recuperando accesos existentes en la zona”.
Asimismo, indicó que no se construirán campamentos en la zona del proyecto, “sino que se trabajará desde Malargüe”, distante a unos 42 kilómetros de Pampa Amarilla.
Explicó además que se utilizarán aparatos con GPS que miden la radiación para confeccionar mapas de contorno y que además, se emplea equipamiento que minimizan el impacto ambiental.
Pensado, dijo que no se necesitaría construir nuevos caminos y que el agua a utilizarse sería tomada, bajo autorización y control del Departamento General de Irrigación, en el orden del 0,5 por ciento del caudal del arroyo Agua Botada, “en su momento de menor caudal”.
En cuanto a los beneficios que traería aparejado para la zona el desarrollo de este proyecto, indicó que se estima que para la etapa de Exploración, por cada empleo directo se generan otros tres indirectos, calculándose un total de cien fuentes de trabajo, teniendo en cuenta que el impacto económico local incluiría la contratación de PyMES y servicios asociados como hotelería, metal mecánica, gastronomía, transporte, salud y educación, entre otros.
Según información entregada a la comisión, “Calipso Uranium, empresa de exploración y desarrollo de uranio con operaciones en Argentina, posee un importante portfolio de propiedades con alto grado de exploración de uranio en las provincias de Chubut, Mendoza y Neuquén”.
Estuvieron presentes, la diputada Amalia Monserrat (ConFe), quien preside la comisión de Ambiente, Roberto Blanco (CP), Juan Dávila (PJ), Raúl Rodríguez (PJ), Luis Orbelli (PJ unipersonal y Mario Casteller (PD).