En los vertederos controlados, tal el caso de El Borbollón, la basura se dispone de manera más compacta, organizada, pero no está impermeabilizado ni cuenta con todas las medidas óptimas para evitar al máximo una posible contaminación.
En tercer lugar le siguen los vertederos no controlados, como los de Puente de Hierro y El Pozo, que no llegan a ser basurales a cielo abierto pero que no tienen ninguna organización.
Precisamente durante el encuentro, que fue convocado para analizar la situación de los basurales a cielo abierto en la provincia y en particular el caso del vertedero de Puente de Hierro, en Guaymallén, Sosa explicó el estado en el que se encuentran una denuncia penal y un amparo presentados por la organización entre 2008 y 2009, para que se investigaran una serie de irregularidades detectadas en ese basural tras las denuncias de vecinos, respecto al volcado de residuos patogénicos.
Si bien el proceso judicial sigue su curso, el ambientalista señaló que en el caso del amparo, se firmó un acta de conciliación en el que se establecían algunos puntos de mejoramiento tanto del predio como de la cuestión social que implica a cientos de familias que viven del basural, que se cumplió parcialmente.
Destacó asimismo que “tenemos nuevas denuncias de vecinos que vehículos llegan a arrojar residuos, no se sabe de qué tipo, y que los fines de semana hacen quemas de la basura arrojada”.
A su entender, “el sistema se basa en el buen comportamiento del generador, pero hay siempre picardías (de los mismos generadores) por más esfuerzos que haga el gobierno provincial para realizar los controles”.
En ese sentido, desde la comisión señalaron que podría incorporarse a la legislación vigente plazos para que todos los generadores se inscriban para la recolección de los residuos que generan. Esto implica, que cada operador del servicio de salud, por ejemplo, tenga para su exposición una copia del certificado o contrato con la empresa de recolección.
En general, dijo que “ni el Estado” tiene una cifra exacta de cuántos residuos patogénicos se producen a diario en la provincia “porque no hay un sistema de control que permita determinar si todos los residuos patogénicos van a parar a la nueva planta”.
Finalmente, aclaró que reconoce los esfuerzos realizados por la provincia en materia ambiental al tiempo que reiteró la necesidad de implementar controles.