En los fundamentos de la propuesta aprobada por el Cuerpo, se destaca que “está probado que en la práctica, el 90% de los docentes que desean ingresar a la DGE y los que se encuentran en ejercicio, carecen del conocimiento necesario para trabajar adecuadamente la voz”. Estadísticamente, se ha observado que un porcentaje significativo anualmente no puede acceder al certificado de aptitud pre - ocupacional por presentar patología vocal no detectada previamente.
A ello, la diputada agrega que “todo docente, cualquiera sea el nivel o modalidad educativa en la que se desempeñe, es considerado un profesional de la voz, y como tal está naturalmente expuesto a diferentes causas que provocan disfonía, lo que implica que es una población que tiene la probabilidad de presentar riesgos de que en ella se produzcan daños”.
La prevención de riesgos, así como la mejora de condiciones de trabajo, “debe ser objetivo permanente y fundamental de la dirección de empresas o instituciones, al igual que lo son la producción de bienes y servicios con el necesario nivel de calidad de su gestión”, dice la legisladora.